Entre los muchos beneficios que nos aporta la práctica de yoga, uno de los más destacados y valorados es la capacidad para ayudarnos a relajarnos y conciliar el sueño, haciéndolo además más reparador.
El insomnio puede venir provocado por distintas causas externas como el estrés, la ansiedad o situaciones del día a día que nos provocan nerviosismo y es posible que el yoga nos ayude a controlarlo. Pero el insomnio y los trastornos del sueño pueden tener otras causas (desajustes hormonales, enfermedades metabólicas...) que deben ser diagnosticadas por un especialista.
Ante cualquier situación debemos usar el yoga como una ayuda y/o complemento, y con responsabilidad, no como una varita mágica, nos aporta grandes beneficios pero no es la cura para todos los problemas.
No sólo es importante dormir, además nos tiene que aportar descanso, ya que durante las horas de sueño nuestro organismo entra en un período de recuperación en el que se llevan a cabo acciones tan importantes como la producción de la hormona del crecimiento, la regeneración de los tejidos, recuperación y fortalecimiento de nuestro sistema inmune, damos descanso a nuestro corazón, etc. La práctica de yoga actúa sobre el sistema parasimpático, que es el encargado de la producción y restablecimiento de la energía corporal, en otras palabras, es el encargado de disminuir el estado de estrés de nuestro organismo. Las respiraciones, pranayamas, que se promueven en la práctica actúan, además, como un potente relajante, además de las relajaciones guiadas finales que facilitan el camino al sueño profundo.
Sin más, os dejo con ésta secuencia sencilla y esperemos que efectiva.
Namasté.
Podemos empezar sentados, en una posición cómoda de meditación, tomándonos unos segundos para sentirnos, observando el estado en el que nos encontramos, nuestro estado físico, mental, emocional y energético.
Continuaremos con 3-5 minutos de Nadi Sodhana (puedes consultar la técnica en éste mismo blog).
Las ásanas las mantendremos entre 5-6 respiraciones profundas. La última, Viparita Karani, la mantendremos entre 5-10 min. utilizándola para ir observando y tomando consciencia lentamente de cada parte del cuerpo desde los dedos de los piés hasta la coronilla, deshaciéndonos por medio de cada una de nuestras exhalaciones de cualquier tipo de tensión física, mental o emocional, propiciando el estado de relajación profunda.
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