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Ásanas de pié, en busca del equilibrio.


Excelentes para mejorar el equilibrio del practicante de yoga, mejorar el tono muscular de los miembros inferiores y mejorar el enraizamiento y tan importantes en la evolución personal del practicante, las posturas de pié son la base física equilibradora para la práctica general de ásanas. Con ellas se empieza a experimentar como una base estable nos sirve de apoyo a través de las piernas, pelvis, columna, brazos y cabeza. Además son enrgéticamente estimulantes, ayudan a centrar la mente y despiertan al cuerpo al princio de nuestra práctica.


Este grupo de posturas realizan un trabajo físico muy interesante sobre las piernas y las caderas, flexibilizándolas al mismo tiempo que les aportan fuerza y resistencia. Las posturas de pie fortalecen los músculos y las articulaciones de las piernas, incrementando la flexibilidad y la fuerza de la columna. Mediante su práctica constante, aumenta la fuerza y la movilidad de la espalda, caderas, rodillas, cuello y hombros. Son posturas vigorizantes que renuevan el cuerpo y la mente eliminando tensiones.

Por los movimientos de rotación y flexión, los músculos espinales y las articulaciones intervertebrales se mantienen móviles y bien alineados. Las arterias de las piernas se estiran, incrementando el aporte de sangre a las extremidades inferiores y mejorando su circulación. Las ásanas de pie tonifican completamente todo el sistema cardiovascular sin irritarlo, estimulan la digestión, regulan los riñones y alivian el estreñimiento. Nos enseñan también los principios del movimiento correcto, algo fundamental para las asanas y también en la vida diaria, donde ayudan a tomar conciencia de la manera correcta de sentarse, permanecer en pie y caminar.

Las ásanas de pie las podemos dividir en dos categorías: Fémures rotados externamente, que por lo general estiran ingles y muslos, miestras fortalecen los rotadores y abductores externos; y fémures rotados neutral o internamente, por regla general fortalecen aductores y rotadores internos estirando los externos.

Las ásanas de equilibrio fortalecen la totalidad de la pierna de apoyo y el cinturón pélvico, dándonos la oportunidad de explorar el miedo instintivo a caer mientras vamos mejorando un equilibrio más estable.

Éstas ásanas de pié nos enseñan a integrar la práctica a medida que descubrimos cómo los pies están conectados a las piernas, la pelvis, columna, centro del corazón, cabeza y brazos, así como a la respiración y al espíritu.

Tras unos ejercicios de activación-calentamiento, la familia de ásanas de pie es la más segura para abrir todo el cuerpo antes de ásanas más complejas.

Abordaremos los beneficios de alguna de las ásanas de este grupo en posteriores entradas del Blog.

Recuerda acompañar tu práctica de conciencia y sentido común. Namasté.

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Fuentes: Secuencias de Yoga [Mark Stephens] - Adhara Yoga - Propio.


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